ERAS TU

Tu eras el hombre
con quién deseaba envejecer.
Conocía cada rincón de mi cuerpo,
sabía el significado del más pequeño gesto.

Yo de tí,
y tu de mí.

Llenábamos nuestras vidas,
de pequeños detalles,
de miradas cómplices,
sin necesidad de palabras.

Nuestras almas rebosaban
amor, cariño y comprensión.
Compartíamos silencios,
sonrisas y lágrimas.

Tu eras el hombre de mi vida.
al partir, has dejado un vacío tan grande,
que a veces creo que el tiempo no pasa,
como si todo quedara parado.

Pero el tiempo no para,
la vida sigue,
el tic, tac, no se detiene,
mi corazón sigue latiendo,
aunque yo no lo quiera.

Te amo y te extraño,
extraño tus ojos, tus manos,
tu boca, tu sonrisa,
tus abrazos,
y tus dulces “te quiero”

¡Que daría por un solo instante a tu lado!