El tiempo pasa,
y mi amor por ti sigue intacto.
Se suaviza el dolor,
y también el llanto.
Pero esa angustia de tu ausencia,
esa, sigue aquí, no desaparece.
Pienso que quizás ella
se quedará conmigo para siempre.
Por fin siento que la paz
ha vuelto a mi alma.
Esto me da la serenidad
para empezar a aceptar.
Y es esta aceptación,
la que me da fuerza y me hace crecer.
Aunque tu ausencia,
es un abismo que se abre
ante mí, todos los días.
Te amo como siempre,
como jamás he amado a nadie.
Y así será por años que pasen.
Dé las vueltas que dé mi vida,
este amor. . . es para siempre.